El que siempre estuvo ahí para dar su cariño, no protestaba por nada, nunca se quejó, te animaba con su compañía. El nunca pidió nada a cambio, solo una caricia. Siempre se acercaba para buscarla, su felicidad era esa, verte para que le acariciaras, que tenemos que aprender de los animales. Ayer lo tuvimos que sacrificar para que su sufrimiento no siguiera, se quedó limitado aún 80% de sus patas traseras, me dolía verlo así, despúes de 11 años de vida, tomó la dura decisión mi suegro al que admiro en esta circunstancias por que el estuvo al lado suyo en todo momento, como mi mujer que fué una madre para el o mi suegra que lo hechará en falta más que nadie quien le hacía mucha compañía. Fué una decisión tomada por todos, no quisimos que ese perro que fué, pasara por un sufrimiento mayor.
Adiós amigo.
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