Empezamos el sábado con la salida desde mi hogar con un nuevo acompañante "Mi hijo", el año pasado estuvo con nosotros pero en la barriguita de su mamá. El fue el gran protagonista de este año, como os contaré cuando llegué a meta. Mi objetivo claro y contundente cruzar la meta con mi hijo, no me puse meta en tiempo, sino en "disfrutar" de la competición.
Llegamos a Zahara, se podía ver que el ambiente preTitán ya daba sus señales de vida, gente en los box bicheando, gente corriendo, gente en bici, como está la cosa este año. Por la tarde quedamos con los compañeros del club y familia en recoger los dorsales en Algodonales, pasando posteriormente por su pastelería y como no cafecito de rigor, hay que acumular fuerzas.
La noche chunga, no creo que dormiría ni tres horas en toda la noche, quedamos tempranos para llegar con tiempo, los primeros en entrar en el box, tras algún percance de unos compañeros por olvido de los carne nos vimos inmersos en la vorágine de los box:
Corre, corre que nos vamos, preparación-concentración-temor-tranquilidad-apretón de última hora-que me meo-voy otra vez al box que seguro que se me olvida algo, etc,etc. Saludamos a los triatletas del club que no compiten (Migue-el año que viene te veo Titán; Luismi- ya veremos, se lo tiene que pensar).
Ánimos a mis compañeros novatos en estas batallas antes de entrar en el agua y animo a la única fémina del club que este año se ha quedado fuera en el corte de la bici, no desesperes Ivana, Javi Gallo lo ha conseguido a la segunda vez.
Entramos en el agua y a calentar este año el embalse está más lleno con lo cuál no hay que subir esa temible cuesta. Saludo a mi amigo Lay y le digo que disfrute (jaaaa). Me coloco en un hueco, chupinazo y a nadar, salgo tranquilo, no hay problemas de golpes, salgo limpio de la lucha, primera boya y cojo ritmo de crucero.
Al girar la boya hecho en falta el salivazo en las gafas, las lavé con mistol el día anterior y al colocarlas no se empañaban, buen truco pero para un rato, mejor refuerzo de saliva.
Me paso de mi box un par de metros, desorientado todavía intento ponerme el casco sin quitarme el gorro, me doy cuenta y me lo confirma una voz desde el público, me paro un segundo respiro y comienzo a realizar bien la transición, enfilo la salida para ensillar mi burrita.
Comienzo a pedalear y calzarme las botas, me veo bien, comienzo la subida al primer puerto, desde el comienzo cojo mi ritmo y empiezan los fieras a pasarme, voy por la quesería y un espectador me chiva el 42, digo eh, este se ha equivocado, cuando llego arriba me dicen el 72, como el año pasado me pasan hasta pelotones, si y digo bien pelotones, no se que hacen este tipo de deportista en estas pruebas.
Llego con un triatleta de Jerez a El Bosque y estamos la mayoría de la subida alentándonos mutuamente, eso si respetando el no drafting. Me veo en el comienzo del puerto a mis compañeros Luismi y Migue que me animan y pregunto por los demás, me dicen: "Víctor a petao, lo va a coger Ismael", la apuesta la gana Ismael, había apostado por el, craso error, me alegro por tu tiempazo Víctor.
Subo de manera igual al de Las Palomas a mi ritmo, menos me adelantan, no se como lo hacen, a mejorar para el año que viene, cuando llego a la altura de Benamahoma subidón de adrenalina al ver a las animadoras del CT2H, pregunto por los compañeros y me comenta la mujer de Juanmi que no me preocupara que hay mucha gente delante (no me entendió) y me recordó donde estaba.
Mi pensamiento seguía vigente llegar con mi hijo, menos sufrí este año en este puerto, lo peor estaba por llegar, alcanzo el merendero en mejor forma que el año pasado me acordé de los ánimos de mi amigo Lay. Este año había más gente que se portaron como grandes aficionados animando sin parar, no os podéis imaginar lo que supone eso para un deportista, el animo es un empuje más para la lucha. Tras esto para mi viene lo peor de este puerto, por lo tedioso que es lo largo y empalagoso, es hartible hasta no poder más, llego a la zona de avituallamiento con las fuerzas justa para afrontar ese par de kilómetros, pero la recuperación de energía me hace afrontarlo con el animo suficiente para pasarlo sin problemas.
Foto: José
Comienzo la bajada de forma segura, sin darte cuenta te pegas con la primera rampa de Las Palomillas, comienzo la subida sin ritmo, te parte en dos el pequeño descenso, no cojo la inercia y me cuesta adaptarme al ritmo de ascenso, paso el primer kilómetro pensando solo en el kilómetro segundo lo más duro de la carrera, llega y sufro como nunca cuento las curva que me quedan, ves esa que giras y sabes que es la última rampa de tu sufrimiento y que la presa se encuentra cerca, paso este mal trago, me avituallo y alcanzo la cumbre, al fondo veo la presa mi próximo objetivo, descenso rápido y seguro de nuevo, este año me he salido en los descensos, pero cometo un error que luego me hará pasar un mal rato, no bebo mucho y gel no tomo pensando que estoy bien, mog mog, error.Llego a la altura del pueblo y algo me ocurre comienzan a brotar lágrimas de mis ojos, no sabía muy bien porqué si era alegría, recuerdos de mis seres queridos, de mi hijo o un efecto secundario de lo que se sufre en esta prueba y que sabes que te queda poco. Lo que te cuesta llegar aquí solo lo saben los titanes.
Paso a la T2 bajándome de la bici pausadamente, paso la pierna izquierda por encima del sillín y hace el intento el bíceps femoral de cogerse, lo relajo y estiro un poco el mismo, llego al box y decido ponerme los calcetines largo, esta transición la paso mejor, rápida y sin problemas.
Comienzo la carrera y desde el primer momento veo que la cosa no va a ir como el año pasado , no responden bien mis piernas, la bajada de la presa la hago con pasos cortos, por la inseguridad que me da las sensaciones que tenía en las piernas. Paso a mis primeros cadáveres, estos mismo que me pasan en la bici a todo trapo y no guardan ese puntito de reserva, muchos se paraban a vaciar sus vejigas, otros por los bíceps femorales, afronto la primera subida hasta el primer avituallamiento con paso corto pero no muy seguro las piernas no van. Llego al avituallamiento, me paro a andar y bebo agua e isotónico, esto me hace recobrar fuerzas. Viene la pequeña bajada y enseguida la subida hasta la plaza de Algodonales, sufro más que nunca en la carrera, me tomo un gel pensando que el avituallamiento está cerca, me seca la boca y comienzo a tener sensaciones raras, pero veo que el avituallamiento está cerquita y me salva de este mal trago, nunca mejor dicho. Llego al punto de retorno y pienso que ahora cuesta abajo, no se pero tengo la sensación de que todo el mundo que va cuesta abajo piensa sobre el que va para arriba: "no te queda na", vas y lo animas.
- Llega la parte de la carrera que me gusta más la subida hasta el pueblo, me acuerdo cuando paso por el mismo sitio que pasé al grande de Iván Tejero que lo pasó mal el año pasado y que este ha sido segundo es todo un referente en este deporte, un ejemplo a seguir. Subo con paso corto, firme y constante, los atletas petan aquí, no camino en ningún momento de la carrera a pie. Paso por la casa que tengo alquilada y pienso que mi objetivo se encuentra cerca abrazarme con mi hijo, decirle que es lo más grande que me ha pasado y que sin dudarlo lo quiero hasta morir, alguien por el que daría mi vida. Llego a la cuesta donde se ve los balcones de la iglesia donde se encuentra muchísimos familiares de los competidores, escucho de mi hermano mi nombre, miro hacia el cielo como si hubiera escuchado la palabra de Dios. Me alegra saber que solo me queda como decían 300m , si pero que 300m quedan, la pared que le llamo yo paso a tres atletas en estos metros pero rebaso la misma y en el final se encuentra mi hermano con la cámara, me paro y le doy un beso, la carrera ha terminado, sigo corriendo y me encuentro a mi primo que me pasa a mi hijo al cual lo cojo y el mira al cielo sin verme, lo llamo me mira y se ríe, le digo lo cuanto le quiero, le cojo el bracito y saludamos al público que anima a reventar toda la gente aplaudiendo, incomparable, me río de felicidad, el mundo se para y sigo a meta me paro un par de metros de la meta para saludar a mi mujer, darle un beso y saludar al resto de la familia, escucho de los jueces que cruzara, los atletas seguían pasando, les dije que me daba igual, la carrera termino hace 200m, ahora tocaba disfrutar estos metros, se lo merecía mi pequeña familia y yo. Mucho se sufre para llegar aquí, pero se te olvida cuando alcanzas la meta.
